Capítulo 8
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Las abundantes lluvias monzónicas de la última semana de julio de 2010 dieron lugar a fuertes inundaciones repentinas en la región montañosa y las llanuras fluviales de las tierras bajas de Pakistán. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó que se habían perdido más de 2.4 millones de hectáreas (ha) de tierras cultivables, afectando los medios de subsistencia de 20 millones de hogares. La FAO implementó una intervención agrícola en la temporada de Rabi (invierno) de 2010. El principal objetivo de esta intervención fue que 455.881 hogares pudieran cubrir parte de sus necesidades alimentarias básicas después de la temporada usando la producción obtenida del paquete proporcionado por la FAO. La intervención se centró en la distribución de insumos de semillas y fertilizantes para trigo y avena, pero algunos hogares también recibieron apoyo para cultivar colza, lentejas y hortalizas. Aunque la aportación para la producción de estos cultivos a las necesidades básicas de alimentación no estuvo especificada en los objetivos de proyecto, fue posible evaluar la viabilidad técnica de los insumos que llevan a un impacto sobre la disponibilidad de alimentos de hogares.
Al considerar la viabilidad técnica, una pregunta inicial era si los tipos de cultivo eran apropiados y relevantes para los hogares destinatarios. En el caso del trigo, la FAO reconoció que era el cultivo alimentario básico más importante en Pakistán y fue sembrado en aproximadamente el 38% de todas las tierras cultivadas. Lo más importante, el trigo fue sembrado en el 76% de las áreas de cultivo Rabi. Pequeños agricultores con 1 a 2 ha. de tierras sembraron trigo en un 81% de esta tierra durante la temporada Rabi, y los agricultores muy pequeños con menos de 1 ha de tierras, sembraron trigo en el 84% de sus tierras en este momento. También se sabía que los agricultores estaban familiarizados con el cultivo de trigo, aunque menos familiarizados con el uso de semillas certificadas. Usando conocimientos acerca de potenciales rendimientos de trigo (con uso de fertilizante) y áreas de tierras cultivadas, la FAO predijo que era posible alcanzar un nivel suficiente de producción de trigo para contribuir a las necesidades alimentarias de los hogares. Si bien esto ilustra la viabilidad técnica, el argumento a favor del apoyo en trigo podría haber adquirido mayor solidez si se hubiera especificado las cantidades específicas en el momento del diseño del proyecto. Por ejemplo, ¿qué cantidad de semillas y fertilizante, usado sobre qué superficie de tierra y cuándo, daría con probabilidad un rendimiento dado?
En el caso de esta intervención, la información más sólida relativa a la viabilidad técnica surgió más tarde, durante una evaluación de proyecto. Por ejemplo, se registró que se cultivaba una superficie media de 0,59 ha de tierras, y que la producción media de trigo por hogar era de 1.352 kg (un rendimiento de 2.292 kg/ha). Se consideró que este rendimiento era coherente con el uso de semillas mejoradas en comparación con semillas propias, representando un aumento en producción del 70%. El cuarenta y nueve por ciento de la producción de trigo se conservó para consumo de los hogares, el 19% se entregó al propietario de las tierras, el 4% se conservó como semillas, y el resto se vendió, generando ingresos medios de casi 9.900 rupias pakistaníes (PKR) por hogar. La disponibilidad de reservas en los hogares aumentó de 264 kg justo después de las inundaciones hasta 776 kg después de la intervención de Rabi, garantizando al menos 159 días de autosuficiencia alimentaria; un aumento del 30% en el número de comidas consumidas por día; un aumento del 11% en la diversidad de ingesta de grupos alimentarios; y una reducción de hogares con deudas del 62% al 32%.
FAO. (2012). An Independent Evaluation of FAO’s Response to the July 2010 Floods in Pakistan. Informe Final. https://www.fao.org/fileadmin/user_upload/bodies/Progr_Comm/PC_110-documents/MC985E_PC110-6_EvaluationPakistanFloods.pdf.